Aber Saida ist unglücklich, weil sie Deutsch nicht versteht – und deutschsprachige Kinder sie nicht verstehen.
Darum sucht die Ich-Erzählerin – eine Mitschülerin von Saída – „ihre“ Wörter „in allen Ecken, Winkeln, Löchern und Schubladen“. Sie hofft, die Wörter könnten Saídas Tränen trocknen und ihr Schweigen aufbrechen.
Und so starten wir gemeinsam eine Reise in beiden Sprachen, eine Reise, die uns zeigt wie nah wir uns Menschen einander sind, auch wenn wir nicht dieselbe Sprache sprechen.
Mit poetischen Texten und zauberhaften Illustrationen weckt das Buch von Susana Gómez Redondo und Sonja Wimmer Empathie für Geflüchtete und zeigt, dass Freund*innenschaft Grenzen überwindet. (Kinderwelten)”.
“Saída” es un nombre de niña árabe, que significa “la feliz”.
Pero Saida es infeliz porque no entiende el alemán, y los niños que hablan alemán no la entienden.
Por eso la narradora en primera persona una compañera de clase de Saída busca “sus” palabras “en todos los rincones, grietas, agujeros y cajones”. Espera que las palabras puedan secar las lágrimas de Saída y romper su silencio.
Y así comenzamos un viaje juntos en ambos idiomas, un viaje que nos muestra lo cerca que estamos los humanos, aunque no hablemos el mismo idioma.
Con textos poéticos y encantadoras ilustraciones, el libro de Susana Gómez Redondo y Sonja Wimmer despierta la empatía por los refugiados y demuestra que la amistad supera las fronteras. (Kinderwelten)”